Las mujeres Nicaragüenses se caracterizan por ser
fuertes y muy trabajadoras por lo general las que tienen un puesto de trabajo en
una empresa o institución también deben, además, asumir las responsabilidades de
cuidar el hogar lo que impone limitaciones a la mujer a la hora de competir en
términos de igualdad con el hombre en el mercado de trabajo.
El acceso a la educación y a la profesionalización
en estos tiempos facilita la incorporación de la mujer al mundo laboral, lo que
se traduce en un importante aporte para
la economía nacional. Hoy en día por
cada diez personas económicamente activas, seis son hombres y cuatro mujeres,
pero esto es más visible en altos cargos administrativos y de gerencia. (OIT)
El trabajo del hogar se traduce en la educación de
los hijos, proporcionar alimentación, limpieza y arreglo de casa, lavar y
planchar la ropa, realizar las compras, estar pendiente de los pagos, entre otros. Este es un trabajo que no se ve, y que no cuenta en
los números de la economía nacional, es un trabajo no remunerado y menos
preciado.
Con el paso del tiempo la mujer
ha ido ganando espacio en el terreno laboral, y
puede llegar a ser igual de productiva o más que un hombre, sin embargo en ocasiones las mujeres
tienen que lidiar con ciertas limitaciones como cuando quedan en estado de
embarazo porque a las empresas no les gusta contratarlas, o bien a prefieren
contratar a una mujer soltera y sin hijos que una casada y con familia.
Otra desventaja de la mujer en el mundo laboral
es el acoso sexual por parte de su superior jerárquico o bien por parte de sus
compañeros de trabajo, la mujer constantemente es criticada por su forma de
vestir, de caminar o de actuar, otro problema son los requisitos para aplicar a
un puesto o plaza ya que como carta de entrada algunos lugares requieren que la
candidata cuente con buena presencia, lo que no se refiere al uso de traje
formal sino más bien a la belleza física, medidas corporales de modelo y edades
que no pasen de los 30 años o inclusive de los 25 años.
Reflexionemos
pues y no discriminemos por diferencias de sexo ni por ningún otro motivo,
empleadores analicen a las personas por sus capacidades y no por su aspecto, y
mujeres no se dejen humillar por razón de su condición de mujeres y sobre todo
si llegan a ser víctimas de acoso sexual o discriminación en su centro de trabajo interpongan la formal
denuncia de esto.
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