viernes, 27 de julio de 2012

LA EXAGERADA IMPORTANCIA DEL ASPECTO FÍSICO Y SUS CONSECUENCIAS


Después del artículo de la semana pasada sobre los sentimientos de inferioridad, me gustaría dar continuidad al asunto hablando sobre lo peligroso que puede ser, concederle una importancia exagerada a nuestro aspecto físico, y las consecuencias que ello puede conllevar.

Actualmente gracias a los noticieros nos mantenemos informados sobre la situación que atraviesa nuestro país tanto en lo político como en lo económico, pero ¿acaso por ello debemos restarle  importancia a otros sectores? ¿Qué hay acerca de los desordenes alimenticios de nuestros jóvenes? ¿Qué tipo de hábitos inadecuados les estamos inculcando a nuestros hijos? ¿Qué tipo de influencia ejercen los medios de comunicación en este orden?

Por ello hablaré de La Anorexia, una enfermedad que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), año con año acaban con miles de vidas en su mayoría jóvenes y adolescentes a nivel mundial, sin hacer distinción alguna de sexo, religión, raza o condición social, los cuales segados por conseguir la “Figura Perfecta “y la supuesta clave de la felicidad, se encuentran atrapados en un circulo vicioso de resultados fatales.

La anorexia es un trastorno del comportamiento alimentario que se caracteriza por una pérdida significativa del peso corporal producida normalmente por la decisión voluntaria de adelgazar. Este adelgazamiento se consigue suprimiendo o reduciendo el consumo de alimentos, especialmente "los que engordan" y también con cierta frecuencia mediante vómitos, uso indebido de laxantes, ejercicio físico exagerado y consumo de diuréticos, este trastorno suele iniciarse entre los 14 y 18 años de edad, pero en los últimos tiempos está descendiendo la edad del inicio.(definición de monografías.com).

Los medios de comunicación constituyen el medio de transporte clave para difundir mensajes acerca de lo que constituye ser una persona atractiva y de éxito, especialmente dirigidos a nosotras las mujeres, en los comerciales la belleza física aparece siempre asociada al éxito social y profesional, así también los programas de televisión y las películas nos ofrecen abundantes modelos de cuerpo ideal que no son de ningún modo, ideales; primero porque muchas veces los modelos son montajes de varias fotos retocadas y no existen en la realidad; y segundo, porque subestiman lo múltiples atributos de una persona, sugiriéndonos cómo podemos conseguirlo a través de dietas milagrosas, operaciones de cirugía estética, productos de belleza y ropa de esa que llevan las delgadísimas modelos que vemos en los desfiles.

Prácticamente todo el mundo tenemos algún motivo de queja relacionado con nuestro cuerpo, algún rasgo o alguna parte que le resulta desagradable y tratamos de disimular,  en este sentido los y las jóvenes difieren bastante: mientras que ellos suelen evaluar sus cuerpos de forma realista, las mujeres nos vemos habitualmente como más gordas y menos atractivas de lo que nos ven los demás lo que se debe en gran medida a razones sociales.

En realidad esto no es algo nuevo ya que el  primer caso de anorexia se dio en la persona de Catalina de Siena quien a sus 26 años y su idea de dedicar su vida a Dios, chocó con los planes de sus padres de casarla, esta situación la llevó a encerrarse en su habitación a maltratarse no comiendo consiguiendo ingresar al final en la orden dominicana pero con la mitad de su peso, el prestigio de Catalina de Siena se extendió rápidamente y tras su muerte, a los 28 años, contaba con muchas seguidoras religiosas. 


Es mas a raíz de este famoso caso aparecieron  muchos casos de anorexia en las religiosas de la edad media, ya que el ayuno era un medio para que el espíritu triunfara y no la carne, estar sin comer era considerado como un signo de santidad, a esta anorexia sufrida por el seguimiento a Dios se llamó " Anorexia santa" el termino anorexia era utilizado por los médicos como sinónimo de falta de apetito, inapetencia y ciertos trastornos del estómago.
Es sorprendente como el tiempo cambia todo por ejemplo en las sociedades primitivas, las mujeres gordas tenían más atractivo sexual que las delgadas, ya que una mujer gorda constituía una señal de status elevado, de prestigio, y la mujer delgada era símbolo de muerte, lo que la hacía nada atractiva, pero hoy en día el pensamiento global va dirigido a la inversa.
Muchas veces esta enfermedad se origina en las altas demandas de la familia y la sociedad por alcanzar la perfección y es donde el ciclo destructivo comienza presionando al individuo por ser delgado y atractivo, el problema se centra, entonces, en una baja autoestima, aunque muchas veces también puede darse por acontecimientos traumáticos o negativos, como la separación de los padres; el divorcio o la  pérdida de un ser querido.

Por todo esto, hablar de anorexia conlleva cuestionar nuestra cultura, pues desde muy pequeños se cultiva la idea de que un niño mientras más gordito esté más sano es este, así como también el aporte de nuestras comidas típicas, que en la mayoría de los casos implica una dieta rica en grasa y en azucares; es por ello que estas enfermedades no solo afectan a adolescentes, sino que a niños y a adultos, por lo tanto es tarea de todos el luchar contra las propagandas negativas que las promueven, necesitamos una renovación de nuestros valores y de nuestras conductas, pero sobretodo definir lo atractivo con parámetros más amplios, para que la mayoría de las personas, y no sólo una pequeñísima parte, pueda sentirse bien con su apariencia personal, necesitamos entonces poner énfasis en otras características como el ingenio, la integridad, el talento, la inteligencia y porque no el sentido del humor y así luego evaluar la valía de las personas por quién es y no por como luce su exterior.

martes, 17 de julio de 2012

LA EPIDEMIA DE SENTIMIENTOS DE INFERIORIDAD:



Hay un dicho popular que dice “Menos es Más”, este es muy aplicado en cuanto a decoración, maquillaje y condimentos cuando de cocinar se trata, sin embargo la sociedad por no decir el mundo y nosotros mismos por naturaleza humana somos seres ambiciosos, deseando siempre más de lo que tenemos, esto no está mal , pues debemos de ser visionarios, no obstante muchas veces ese largo camino al éxito y la felicidad se torna de rosa a gris obstaculizando nuestros objetivos, todo por no formar parte de la selecta población de “personas hermosas y populares” que tanto admiramos y deseamos llegar a pertenecer.

Las ciencias naturales nos enseñan que lo seres vivos nacemos, nos desarrollamos y morimos, ¿simple no?, la verdad debería de serlo, pero en ese período de crecimiento y desarrollo la sociedad que nos rodea nos vuelve victimas de las criticas desde que somos unos bebes y cómplices durante nuestro crecimiento pues en lugar de revelarnos a ciertos estereotipos (prejuicios) nos acomodamos a ellos tanto que los volvemos parte de nosotros, proyectándonos al mundo de esa forma.

Estos son los Sentimiento de inferioridad, que abarcan las vivencias profundas de una insuficiencia psíquica o física del individuo frente a los demás.

El sentimiento de inferioridad nace en la infancia debido a las condiciones de dependencia en las que nos desarrollamos. La dependencia material y afectiva muchas veces nos crea una situación de inferioridad en relación con nuestros padres, ya que no logramos sus expectativas. 

Este sentimiento se confirma cuando los padres exigen a sus hijos actuaciones más allá de sus posibilidades. Cuando la insuficiencia es física, es decir, real (por fealdad, dificultades de expresión, poca altura, etc.), el comportamiento del niño puede llegar a ser exagerado (jactancia, brutalidad, despotismo) o provocar ideas depresivas. Para evitar este sentimiento, los padres deberían fomentar que sus hijos tomen conciencia de sus posibilidades y valía personal, además de generar situaciones en las que puedan triunfar, es muy importante criar a los niños seguros de si mismos pues estos sentimientos son tan poderosos que no solo se prolongan durante la adolescencia y la edad adulta sino que peor aun, “Empeoran”, pues “las cosas no son como las vemos sino como las recordamos”.