Si bien es cierto que el mandatario de Libia , Muammar Al Gadhafi en su Libro Verde, denuncia a los sistemas parlamentarios como fracasados por que en ellos impera los intereses de unos pocos, sobre el resto del todo, y una verdadera democracia debe estar basada en la representación popular directa a través de asambleas de base o comités populares creados en función de criterios geográficos (municipios y barrios), y familiares, abogando por un poder descentralizado y por una sociedad participativa organizada alrededor de las unidades naturales de convivencia y basada en la solidaridad entre las personas; añadiendo a esto la exaltación de los valores patrióticos y familiares así como la valoración de la mujer como pilar del hogar y de la familia, no se puede obviar el contexto que Libia atraviesa actualmente.
Es decir no puede escaparse la necesidad de hacer una clara diferenciación entre la realidad y la fantasía; puesto que se debe hacer un contraste de que si las maravillosas ideas que un líder político expresa por escrito realmente se llevan a cabo por el régimen que lidera o se trata tan solo de palabras vacías o incluso del perfecto disfraz de un despotismo unipersonal entregada a la corrupción y al crimen.
Esperemos pues que nuestro país no se deje llevar por promesas ideológicas de este tipo, y que en este año electoral los nicaragüenses no caigamos en el fanatismo ciego de la política manipulada.
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